Votar por Susana es un derecho que se merece la honestidad de sentarse en el sillón municipal. Significa ensayar el ejercicio de buen gobierno en Lima. Representa un voto de confianza que la eficiencia puede ir de la mano con la decencia. Es abrir una rendija respiratoria entre la inmundicia corrupta. Es votar por equipos y no caudillos. Porque vale el riesgo. Porque no me acostumbro a que me sigan metiendo tri-an(u)almente el dedo. Porque uno está cansado de ladrillos untados con mermeladas. Mi voto sería por Susana. Y sin embargo…
¿Son 6 semanas suficientes para revertir la actual situación? No, muy poco. La honestidad de Susana y el equipo de técnicos y jóvenes que tiene alrededor son suficientes para desempeñarse con éxito en la Alcaldía pero poco útiles para ganar una campaña. Porque no sólo necesitas proponer sino destruir al oponente; y ese rol es un trabajo demasiado sucio que no colinda con los ideales de Fuerza Social. Tampoco creo que la élite académica y periodística que ha publicado artículos a favor de Susana revierta sustancialmente el panorama porque tiene una llegada a sectores socioeconómicos donde Susana ya se encuentra afiatada. Estoy seguro que más efecto ha tenido la visita de la candidata al Especial del Humor. Susana necesita llegar en un mes a los sectores D y E. Susana debe trazar su campaña con lo que la gente típicamente espera de un candidato sin ofrecer inviables. Seguridad es un buen tema donde además Susana tiene experiencia pero requiere un lenguaje efectivo. Aunque Susana absorba todos los votos de Kouri – lo cual colinda con el surrealismo que tampoco sorprende tratándose de Lima– no es suficiente para ganar a Flores.
Sin embargo, lo alcanzado por Susana ya es bastante pero ¿Cómo se explica que la tacha del candidato que coqueteaba con la corrupción beneficie a la candidata más honesta?
Kouri fue el candidato del Fujimorismo, de García y del Apra. Es aquel que se sentaba con Montesinos para planificar guerra sucia contra políticos. Kouri fue quien estafó a miles de ciudadanos con el peaje de la Villa Expresa del Callao. Kuori es amigazo y chochera de Giampetri y Cipriani para quienes el informe de la Comisión de la Verdad apenas sirve para colgarlo en los baños públicos de la ciudad; además de conservadores retrógrados con posiciones opuestas a la píldora del día siguiente, al aborto en caso de violación o al matrimonio homosexual. Kouri es un ex partidario del PPC adoctrinado en la derecha y casi seguro de tendencia neoliberal donde el mercado y no el Estado es quien asegura el desarrollo para todos los ciudadanos.
Susana es la candidata anti-fujimorista. Aquella que se opuso a la dictadura, fundadora del Vaso de Leche y Ministra de la Mujer del gobierno más honesto que haya existido en décadas. Una mujer fuertemente involucrada con los derechos humanos y profundamente convencida del informe de La Comisión de la Verdad, además de identificada con la Teología de la Liberación. Aprueba y fomenta el uso de anticonceptivos incluido la anticoncepción de emergencia; está en contra de la penalización del aborto y estoy segura apoya el matrimonio homosexual. Susana es una partidaria de la izquierda más derecha, es decir tirada hacia el centro y con una tendencia socialdemócrata donde el Estado tiene un rol tan preponderante como el mercado para asegurar que el desarrollo llegue a todos los ciudadanos.
Entonces, ¿Cómo se explica que los votantes que creían en Kouri ahora piensan votar por Villarán? ¿Cómo? La hipótesis esperanzadora e inocente que busca explicar el panorama es que muchos votaban contra Kouri y a favor de Flores porque estaban en contra de la corrupción. Eso hasta que Flores también pasó a ser identificada con el presunto narcotraficante Cataño. Si la teoría fuese cierta, habría una migración fuerte de votos hacia indecisos o uno de los pequeños candidatos. Sin embargo, mi postura es que la corrupción no es un factor influyente al momento de elegir un gobernante. Flores ha disminuido apenas cuatro puntos frente a todo el vendaval de acusaciones fomentado diariamente por Bayly, y el tiempo es corto para que la caída de Flores la sitúe al menos en un empate técnico con Susana. Espero equivocarme, lo cual es probable porque hablamos de la capital surrealista donde todo podría pasar.
¿Son 6 semanas suficientes para revertir la actual situación? No, muy poco. La honestidad de Susana y el equipo de técnicos y jóvenes que tiene alrededor son suficientes para desempeñarse con éxito en la Alcaldía pero poco útiles para ganar una campaña. Porque no sólo necesitas proponer sino destruir al oponente; y ese rol es un trabajo demasiado sucio que no colinda con los ideales de Fuerza Social. Tampoco creo que la élite académica y periodística que ha publicado artículos a favor de Susana revierta sustancialmente el panorama porque tiene una llegada a sectores socioeconómicos donde Susana ya se encuentra afiatada. Estoy seguro que más efecto ha tenido la visita de la candidata al Especial del Humor. Susana necesita llegar en un mes a los sectores D y E. Susana debe trazar su campaña con lo que la gente típicamente espera de un candidato sin ofrecer inviables. Seguridad es un buen tema donde además Susana tiene experiencia pero requiere un lenguaje efectivo. Aunque Susana absorba todos los votos de Kouri – lo cual colinda con el surrealismo que tampoco sorprende tratándose de Lima– no es suficiente para ganar a Flores.
Sin embargo, lo alcanzado por Susana ya es bastante pero ¿Cómo se explica que la tacha del candidato que coqueteaba con la corrupción beneficie a la candidata más honesta?
Kouri fue el candidato del Fujimorismo, de García y del Apra. Es aquel que se sentaba con Montesinos para planificar guerra sucia contra políticos. Kouri fue quien estafó a miles de ciudadanos con el peaje de la Villa Expresa del Callao. Kuori es amigazo y chochera de Giampetri y Cipriani para quienes el informe de la Comisión de la Verdad apenas sirve para colgarlo en los baños públicos de la ciudad; además de conservadores retrógrados con posiciones opuestas a la píldora del día siguiente, al aborto en caso de violación o al matrimonio homosexual. Kouri es un ex partidario del PPC adoctrinado en la derecha y casi seguro de tendencia neoliberal donde el mercado y no el Estado es quien asegura el desarrollo para todos los ciudadanos.
Susana es la candidata anti-fujimorista. Aquella que se opuso a la dictadura, fundadora del Vaso de Leche y Ministra de la Mujer del gobierno más honesto que haya existido en décadas. Una mujer fuertemente involucrada con los derechos humanos y profundamente convencida del informe de La Comisión de la Verdad, además de identificada con la Teología de la Liberación. Aprueba y fomenta el uso de anticonceptivos incluido la anticoncepción de emergencia; está en contra de la penalización del aborto y estoy segura apoya el matrimonio homosexual. Susana es una partidaria de la izquierda más derecha, es decir tirada hacia el centro y con una tendencia socialdemócrata donde el Estado tiene un rol tan preponderante como el mercado para asegurar que el desarrollo llegue a todos los ciudadanos.
Entonces, ¿Cómo se explica que los votantes que creían en Kouri ahora piensan votar por Villarán? ¿Cómo? La hipótesis esperanzadora e inocente que busca explicar el panorama es que muchos votaban contra Kouri y a favor de Flores porque estaban en contra de la corrupción. Eso hasta que Flores también pasó a ser identificada con el presunto narcotraficante Cataño. Si la teoría fuese cierta, habría una migración fuerte de votos hacia indecisos o uno de los pequeños candidatos. Sin embargo, mi postura es que la corrupción no es un factor influyente al momento de elegir un gobernante. Flores ha disminuido apenas cuatro puntos frente a todo el vendaval de acusaciones fomentado diariamente por Bayly, y el tiempo es corto para que la caída de Flores la sitúe al menos en un empate técnico con Susana. Espero equivocarme, lo cual es probable porque hablamos de la capital surrealista donde todo podría pasar.
*Caricatura de Heduardo tomada de http://heduardo.blogspot.com/
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