La norma que exige la presentación de DNI, teléfono y dirección de los encuestados hace aguas desde el lado técnico, ético, administrativo y político. Bastaba la consulta a cualquier académico para saber que la medida es totalmente anti-técnica. Por muchas razones: no sería representativa salvo de quienes quieren dar su DNI; habría una alta tasa de rechazo; aumentaría los costos de aplicación por un aumento de la muestra; incrementaría el sesgo. Bastaba consultar a cualquier ciudadano de pie para darse cuenta que no daría su opinión si le pidiese su DNI. En conclusión, resultados nada confiables. Es más razonable técnicamente que se decrete la anulación de las encuestas que se quiera supervisar la opinión de los encuestados.
Además, es una falta a la ética porque toda investigación parte del principio de confidencialidad y anonimato que se debe asegurar a los participantes. Un gobierno con la lista de quienes están en contra de sus políticas o intereses sólo es propio de dictaduras. Me chupo el dedo si vamos a creer que el JNE protegerá la identidad de los participantes.
Es carente de mirada administrativa. Dado el JNE no está capacitado para supervisar la presencia de comités partidarios, menos para supervisar la opinión pública. Además, siendo la opinión pública tan volátil, cree que el JNE puede visitar en tiempo tan corto a las personas de tal manera que recoja la misma opinión que recogió la encuestadora. Y si llegase al encuestado en tiempo record, cree que el encuestado lo recibiría, le diría que lo encuestaron, le diría por quién dijo votar. ¿Y qué sucede si la persona cambió de opinión? Finalmente, asumiendo que llegó en tiempo record y que recogió toda la información, ¿Qué hará luego con toda la data? ¿Confrontará al encuestado con la encuestadora?
Es una desfachatez política que sólo lleva a suspicacias. Si quieren reformular las reglas que esperen el término de las elecciones. Todos los candidatos desde el primero, Toledo hasta el de la cola, PPK pasando por Keiko (quién diría, quién diría) afirman que la medida del JNE es un error. ¿Quiénes están de acuerdo con la medida del JNE? Castañeda y Pastor. El primero que observa a diario como cae en las encuestas producto de sus errores más que de las virtudes de sus contrincantes. Entre ellas: Llamar a Toledo la mujer del presidente; llamar loca a Bruce; afirmar que le regalará una foto firmada a Toledo; no ser honesto en el caso Comunicore. Castañeda si se calla es irritable, pero cuando habla lo es más. Y de Pastor basta recordar que es el lava calzado de Alan, caradura que liberó a Crousillat y que aparece en escena sólo para avalar las más tontas medidas electoreras.
Existen varias medidas para evaluar el trabajo de las encuestadoras: Desde la ficha técnica hasta comparar los resultados de las encuestadoras con los resultados oficiales como una forma de acreditación. Las encuestas son sólo fotografías momentáneas de una realidad, si creen que rompiendo la cámara desaparecen la realidad, están muy equivocados.
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Cerdas Travesías
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