Cerdopolis

En el post El Poder Narcótico de las Obras hice referencia a como muchos supuestos o comprobados corruptos estaban liderando las encuestas municipales y como el tema de la corrupción no constituía un criterio para elegir a un gobernante. Mencioné las candidaturas de Kouri (Lima), Valdez (Pucallpa), Cáceres (Arequipa) y Allison (Magdalena).

Sin embargo, en las dos semanas siguientes todos estos candidatos han sido tachados por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Las razones del JNE son las mismas: No residir en la localidad para la cual postulan por más de dos años. Las razones por las que no han vivido en la localidad son las que llaman la atención. Valdez no vivió en Pucallpa porque se encontraba recluido en el Penal Castro-Castro en Lima; Cáceres no vivía en Arequipa porque se encontraba prófugo de la justicia. No se por qué recuerdo a Al Capone quien nunca fue “tachado” por ser asesino o traficante sino por la evasor de impuestos.

Asumo que el JNE ha tenido industriales cantidades de trabajo para no hacer las tachas con anterioridad. ¿Qué hubiese pasado con la candidatura de Villarán en Lima si la tacha de Kouri hubiese sido cuatro meses antes por ejemplo? Fuera de ello, no recuerdo una actuación similar y contundente del JNE en previas elecciones pero deja una buena impresión.

Lo que no deja una buena impresión es que todos estos candidatos han perdido en mesa y no en la cancha; y han perdido en mesa por razones ajenas a la corrupción. Es decir, mi postura que para el electorado, el tema de la corrupción no es un criterio válido para impedir ser gobernante sigue latente y seguro se reflejará en las elecciones presidenciales. En la aún utopía, uno espera que el electorado tache a los candidatos a través del voto; pero esto aún parece estar lejos en el país de las maravillas.