Cerdopolis

Que PPK tiene la culpa, que Toledo tiene la culpa, que Castañeda tiene la culpa. Que alguno debió renunciar. Curioso el limeñísimo ombliguismo de la ciudad capital. Sigo creyendo que la renuncia de Toledo no hubiese garantizado el triunfo de PPK. En el Perú no se endosan los votos dado que no son ideológicos. Para ganar una elección se requiere conquistar al menos en la mitad de las provincias del país. Hace un siglo que un alcalde limeño no sale presidente y PPK no ha ganado en ningún departamento (similar fenómeno que le pasó a Lourdes Flores que es a quien finalmente reemplaza). Los votos de Lima suelen crear una falacia a candidatos y electores limeños que no miran qué sucede en las provincias. Lo que es peor, la victoria de Humala se debe en gran parte a su crecimiento en Lima, situación que no ocurrió en las elecciones pasadas.

Un real culpable de los resultados y que está pasando piola es el Presidente García. ¿Si somos el país modelo del desarrollo, si somos la envidia de las naciones, por qué la población ha respaldado un modelo económico ajeno al conducido por García? Los resultados representan un rechazo y advertencia a un Estado que propulsa un modelo económico de espaldas al pueblo que lo elige y a favor de empresas trasnacionales y grupos nacionales de poder.

Como se esperaba el Apra pasó la valla electoral. Hierba mala nunca muere pero la que parecía buena hierba sí. Fuerza Social ha ido dando tumbos y tumbos demostrando ser un descalabro. Desde que rechazaron la oferta de Perú Posible –entre arrogancia y exceso de idealismo- se mandaron al suicidio; pero además, irresponsablemente dejaron de posicionar algunos buenos congresistas.

La fantasía fujimorista cobra cada vez mayor fuerza: Kenji, congresista más votado y más joven podría colocar la banda a Keiko el 28 de Julio, día del cumpleaños de Alberto Fujimori. Es casi seguro que los empresarios, los medios de comunicación, la pituquería, los limeñísimos y muchos PPKausas negociaran laxantemente con el fujimorismo.

Alea jacta es. Todo está consumado. La democracia es así y no cabe espacio para campañas de voto en blanco. Queda ser oposición y escuchar las concesiones que harán fujimoristas y humalistas. Dichas concesiones deberán ser muy generosas dado la fuerte resistencia que provocan en el resto de la población. Las campañas para segunda vuelta están claras. El fujimorismo apelará a causar el temor a un modelo nacionalista con tintes chavistas mientras que el humalismo apelará a causar temor a la herencia corrupta y dictatorial del fujimorismo. Ninguno convence dado que Ollanta habla de un programa muy diferente al redactado en el papel, más radical y estatista; y dado que Keiko nunca ha deslindado de su padre ni en palabra ni conducta ni equipo.