El tortuoso camino a seguir para decidir entre dos candidaturas de pasados turbulentos y autoritarios: Paso 1, Reconocer el mal mayor. Paso 2, Decidir si viciar el voto. Paso 3, Asumir el riesgo.

1. Reconociendo el mal mayor
El supuesto auge económico
Uno de los supuestos logros del fujimorismo es el de atribuirse el despegue económico y ser en el presente los paladines responsables del modelo económico. Sin embargo, mi memoria lo recuerda con otro matiz. Ya en el poder y mientras fue condicionado por el Fondo Monetario Internacional, el fujimorismo aplicó en el país el más inhumano y rapaz neo-liberalismo que durante la campaña electoral había sostenido tajantemente no iba a implementar. Bajo la sombrilla del neo-liberalismo -por ejemplo- la empresa donde trabajó mi padre lo "invitó" a retirarse; ante su negativa, lo hostigó mediante horarios absurdos y condiciones incómodas; para finalmente, liquidarlo cuando el pequeño gremio al cual pertenecía fue dividido y desarticulado. En esa misma época y en medio de una fiera competencia desatada por el libre mercado, un agente de ventas estafó a mi padre ofreciéndole afiliarse a una reciente AFP cuando él ya estaba a puertas de jubilarse luego de contribuir más de 20 años a la ONP. Hoy a casi 10 años de su jubilación, no recibe ni un cobre ni del Estado ni de la AFP. Como él, durante el fujimorismo 200 mil personas fueron despedidas y 23 mil empresas fueron llevadas a la banca rota*.

Pero peor aún, sintiéndose libre de condicionamientos internacionales y ya en plena dictadura, el fujimorismo hizo del clientelismo y la corrupción a escala de mafia el modus operandi de la economía nacional. Jugosos ingresos provenientes de las privatizaciones fueron usados para comprar lealtades de empresarios, artistas y deportistas. Dado que la mafia requería centralizar el poder, el fujimorismo significó además un retraso en el proceso de descentralización. Cuando el fujimorato cayó, la pobreza superaba el 50%, el dinero de las privatizaciones había desaparecido, la inflación crecía y la deuda aumentaba.

Cuando Keiko infla el pecho por aquella época y sostiene que el auge económico de hoy se lo debemos al fujimorismo, me parece una ofensa a los que como mi padre siguen aún hoy luchando por justicia y derechos laborales. El fujimorismo no tuvo plan económico, aplicó lo que le impusieron y luego, robó lo poco que como nación habíamos ganado. El actual plan económico de Keiko, es un desborde de asistencialismo paliativo que no es más que caldo de cultivo para narcotizar al pueblo y luego -como la historia enseña- desencadenar el autoritarismo. Lo que requiere el país es un Estado que permita que la bonanza temporal se distribuya mejor en el país; para entonces reducir las movilizaciones sociales y empezar a crear industria. Sin embargo, ni un atisbo de ello en el plan de gobierno.

La captura de Guzmán
Hace poco -durante el operativo contra Bin Laden- una foto circuló los medios. En ella, Obama sigue expectante las escenas del operativo que permitieron la muerte del terrorista más buscado por EEUU. El presidente conocía el operativo y seguía nervioso las incidencias del asalto. Cuando Abimael Guzmán fue apresado, Fujimori se encontraba de pesca en Iquitos mientras Montesinos despachaba en una fiesta local. ¿Es posible creer que Montesinos y Fujimori no hubiesen querido salir en la foto de la captura más importante del país? ¿No fue acaso eso mismo lo que hicieron cuando sucedió el rescate de la Embajada de Japón tomada por emerretistas? La verdad es que ninguno de los dos sabía del operativo. La derrota de Sendero Luminoso -iniciada con la captura de Guzmán- no fue mérito de los militares o de los escuadrones de la muerte que Martín Rivas dirigía. La captura de Guzmán fue producto de la estrategia de un grupo de policías -ignorado por Montesinos y Fujimori- que se dedico a pensar y seguir pacientemente al enemigo.

Los derechos sociales
No voté por PPK- entre otras razones- porque su equipo se componía de varios conservadores como Lay, Alcorta o Flores con quienes me diferencia posición respecto a varios derechos sociales. Cuando veo el equipo del fujimorismo, el panorama se hace más sombrío y lúgubre. ¿Qué se puede esperar de personajes como Chávez, Rey, Cipriani, Souza o Cuculiza en el poder - representantes de la cucufatería retrógrada, dogmática, ciega, militarizada, jerárquica, racista y clasista para quienes los derechos humanos no han pasado de ser más que mosquillo perturbador que hay que eliminar? Con ellos en el poder, no se hace lejano imaginar pronto el servicio militar obligatorio, privilegios y mermeladas para militares encarcelados, penalización del aborto, exacerbación de la homofobia, acallamiento de toda manifestación de derechos humanos, negación del informe de la CVR, postergación del Museo de la Memoria, militarización de las escuelas, anulación de la educación sexual, prohibición de la anticoncepción de emergencia, pena de muerte para violadores o el uso del temita como cortina de humo de tanto en tanto.

Matar al padre
La hija Fujimori ha desplegado enormes esfuerzos por esconder al padre; sin embargo, Keiko sin Alberto es un envase sin contenido. ¿Qué queda de la hija Fujimori sin lo que hizo el padre Fujimori? Casi nada; ningún mérito que no implique su poca productividad congresal o su discreta tarea como Primera Dama. Pero además, es poco posible pensar en un fujimorismo libre de montesinismo. Difícil imaginar un Montesinos callado, silencioso y sin mayor articulación desde la cárcel. Así Keiko tuviese la mejor de las intenciones no podrá dirigir el entorno que lo rodea. ¿Podría Keiko controlar a Raffo, Rey o Chávez? Rotundo no. Una cosa es la campaña, otra compartir el poder.

2. ¿Viciar el Voto?
Pero hasta aquí el por quién no votar. ¿Vale la pena viciar el voto? Esta vez el voto viciado además de poder ser poco estratégico teniendo a Keiko arriba, significaría un rechazo a lo que la mayoría ha decidido. Habrá que ceder el voto a Humala.

3. Asumiendo el riesgo
En estas semanas he visto como los medios de comunicación y la Lima ppkausa se alinean con Keiko quien no ha firmado ningún compromiso a las demandas que se le hace. Hubiese esperado un deslinde genuino de Keiko. Hace unos meses en plena campaña municipal, un Jaime Bayly afirmaba que Lourdes Flores debería devolver el dinero que recibió de Cataño; ¿No debería acaso ahora Keiko hacer lo mismo con el dinero que usó para pagar sus estudios? ¿No debería firmar un compromiso de no dejar libre al padre? Cuando Keiko afirma que enfrentó a la mafia fuji-montesinista, pienso que está faltando el respeto a la memoria. ¿O será que fue Keiko quien estuvo en la Marcha de los Cuatro Suyos?, ¿Alguna vez la vieron lavar la bandera?, ¿Será acaso que renunció a ser Pirmera Dama ante tanta corruptela? Montesinos eliminó a todo personaje contrario a su propuesta y no recuerdo ningún ataque suyo en contra a la candidata fujimorista.

En estas semanas –todo lo contrario a Keiko- he visto como Humala se somete a todo lo que le observan. Firma lo que se le exige (aunque igual le critican haber firmado lo que le exigen que firme). Lo he visto ser acorralado, sin aviso y en vivo, entre Mariategui, Delta y Lúcar, sin hacer el más mínimo reclamo. Se hace poco fácil imaginar a un Humala aplicando el nacionalismo del 2006; y de ser el caso, imagino el hostigamiento de los medios, empresarios y ciudadanos. La resistencia agresiva de quienes votaron y no votaron por el Humalismo será mayúsculo en un eventual gobierno de Humala**. No veo el mismo panorama con el fujimorismo en el poder.

Finalmente, si no tuviese la capacidad de análisis o si perdiese la memoria de lo pasado, preferiría seguir las sugerencias de Vargas Llosa, Cotler, Hildebrandt o Gorriti. Basta ver quién se ha plegado a cada candidato para definir el voto de esa manera. Aún con todo, mi voto no es el más entusiasta y optimista. Un voto arrastrando los pies en medio de mil dudas y con ningún viso seguro de lo que será el futuro (aunque si de lo que no quiero de ello). Gane quien gane, los resultados de la segunda vuelta predicen un país dividido y frágil, con un riesgo enorme de intentonas autoritarias. No queda otra que estar atento, denunciar, resistir y resistir.



*Cifras sacadas del post de Nelson Manrique:http://www.larepublica.pe/31-05-2011/ahoraque-diganque-somos-minoria

**Al respecto, leer artículos de Steven Levitsky. Ver: http://www.pucp.edu.pe/puntoedu/index.php?option=com_content&task=view&id=4871

Posted by Cerdas Travesías on

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