El gobierno de García II se termina. El último mensaje ofrecido para fiestas patrias –espero realmente el último- ha sido como se esperaba, un recuento publicitario de las obras realizadas y otras supuestamente realizadas; pero además, un paquete de medidas que para unos es austero pero para otros es mediático. García II se va pero no se extingue. Todo lo contrario, aletea vigorizado porque ha superado con creces – aunque nosotros no tanto- la traumática experiencia que significó su primer gobierno.
¿Qué deja el segundo gobierno de García? No mucho más bien un continuismo de los anteriores gobiernos. El roche de ser el peor gobierno de la historia del Perú lo impulsó a dejar ese enfoque confrontacional y reformador de los ochenta. No cambios, no pleitos, status quo, surfear con la ola, seguir la corriente, jamás ser un salmón. ¿Qué seria reforma ha realizado García II? Ninguna. Aliado con la derecha de las fuerzas armadas, de la iglesia y los inversionistas, Alan García no ha impulsado nada nuevo sino mantuvo y quizás afinó lo que se ha venido realizando desde la instalación del gobierno de Fujimori. Esto es que la economía debe ser neoliberal, que el desarrollo se construye de arriba hacia abajo, que los derechos humanos pasan a segundo plano y que el rol del Estado es la de un vendedor de mercadería. Así, García II se convirtió - como dijimos en Radiografía del Perro del Hortelano- en la antitesis del García I. El reformador afiebrado de políticas izquierdistas se convirtió en un simple director de políticas de derecha. Aquel estatista que engroso el poder del Estado se convirtió en un frío vendedor de terrenos. En ese sentido, el García II no ha sido - como ha sostenido Álvarez Rodrich- más que un buen administrador. Nota, no deseamos que regrese el García I, me persigno tres veces, pero tampoco buscamos que deje anémica la función del Estado cuando la industria nacional, la microempresa y los trabajadores lo necesitan con tanta política carroñera implementada o cuando la justicia se viene a pique y la corrupción lo consume todo. Apasionado, García parece no conocer puntos aristotélicos que te llevan a ser mesurados sino todo lo contrario abraza los extremos.
¿Que quedó del García de hace un par de décadas? Al menos dos características, la del lector desfasado y la del caudillo egocéntrico. Sobre lo primero, a fines de los ochenta, cuando el comunismo se caía a pedazos y la privatización fomentada por Reagan y Thatcher se extendía por todo el mundo, García I estatizaba la banca y desafiaba al FIM. Actualmente, cuando el modelo neoliberal es cuestionado y el propio Banco Mundial ha reconocido errores y soberbia, García II se transforma en un radical exponente del neoliberalismo y quiere rematar ríos, lagos, cordilleras, subsuelo, playas, bosques y selva. García I y II siempre han necesitado actualizar la biblioteca.
Sobre lo segundo, es cierto que el Perú es más una historia de caudillos en el poder y no la de agrupaciones ideológicas que administran el Estado. Los peruanos nos hemos acostumbrado a votar por personas y no por ideologías. Alan García tuvo enormes cualidades de político, líder y orador para revertir esta suicida tendencia republicana; sin embargo, su personalidad egocéntrica lo ha llevado a continuar con la historia de gamonales en el poder. García I y II no han sido los líderes que se ocupen de dar solidez a un partido político. El Apra está más en función de García y no es García en funión del partido. Así, seguro de haber pasado con notas azules el segundo gobierno, García II ha empezado a volar con la ligereza que su cuerpo no le permite: Quiere ser el presidente del bicentenario. Será lo que lo inscribirá en la historia. Fantasea con una lápida en ella escrita único presidente elegido democráticamente tres veces, gobernante del país en sus 200 años de independencia y quien libró al Perú de la pobreza. En su delirio cree que aquellos a quienes considera ciudadanos de segunda categoría son incapaces de ver el desarrollo y que finalmente será reconocido por las nuevas generaciones. García I y II siempre han necesitado desinflar el narcisismo.
El gobierno de García se termina pero no se extingue -lamentablemente. El mensaje ofrecido por fiestas patrias es el último de su segundo gobierno pero es a la vez el primero de su campaña para el regreso.
*Para llegar a las fuentes de las geniales caricaturas de Carlin, Marcos, ... hacer click en el dibujo.


¿Qué deja el segundo gobierno de García? No mucho más bien un continuismo de los anteriores gobiernos. El roche de ser el peor gobierno de la historia del Perú lo impulsó a dejar ese enfoque confrontacional y reformador de los ochenta. No cambios, no pleitos, status quo, surfear con la ola, seguir la corriente, jamás ser un salmón. ¿Qué seria reforma ha realizado García II? Ninguna. Aliado con la derecha de las fuerzas armadas, de la iglesia y los inversionistas, Alan García no ha impulsado nada nuevo sino mantuvo y quizás afinó lo que se ha venido realizando desde la instalación del gobierno de Fujimori. Esto es que la economía debe ser neoliberal, que el desarrollo se construye de arriba hacia abajo, que los derechos humanos pasan a segundo plano y que el rol del Estado es la de un vendedor de mercadería. Así, García II se convirtió - como dijimos en Radiografía del Perro del Hortelano- en la antitesis del García I. El reformador afiebrado de políticas izquierdistas se convirtió en un simple director de políticas de derecha. Aquel estatista que engroso el poder del Estado se convirtió en un frío vendedor de terrenos. En ese sentido, el García II no ha sido - como ha sostenido Álvarez Rodrich- más que un buen administrador. Nota, no deseamos que regrese el García I, me persigno tres veces, pero tampoco buscamos que deje anémica la función del Estado cuando la industria nacional, la microempresa y los trabajadores lo necesitan con tanta política carroñera implementada o cuando la justicia se viene a pique y la corrupción lo consume todo. Apasionado, García parece no conocer puntos aristotélicos que te llevan a ser mesurados sino todo lo contrario abraza los extremos.
¿Que quedó del García de hace un par de décadas? Al menos dos características, la del lector desfasado y la del caudillo egocéntrico. Sobre lo primero, a fines de los ochenta, cuando el comunismo se caía a pedazos y la privatización fomentada por Reagan y Thatcher se extendía por todo el mundo, García I estatizaba la banca y desafiaba al FIM. Actualmente, cuando el modelo neoliberal es cuestionado y el propio Banco Mundial ha reconocido errores y soberbia, García II se transforma en un radical exponente del neoliberalismo y quiere rematar ríos, lagos, cordilleras, subsuelo, playas, bosques y selva. García I y II siempre han necesitado actualizar la biblioteca.
Sobre lo segundo, es cierto que el Perú es más una historia de caudillos en el poder y no la de agrupaciones ideológicas que administran el Estado. Los peruanos nos hemos acostumbrado a votar por personas y no por ideologías. Alan García tuvo enormes cualidades de político, líder y orador para revertir esta suicida tendencia republicana; sin embargo, su personalidad egocéntrica lo ha llevado a continuar con la historia de gamonales en el poder. García I y II no han sido los líderes que se ocupen de dar solidez a un partido político. El Apra está más en función de García y no es García en funión del partido. Así, seguro de haber pasado con notas azules el segundo gobierno, García II ha empezado a volar con la ligereza que su cuerpo no le permite: Quiere ser el presidente del bicentenario. Será lo que lo inscribirá en la historia. Fantasea con una lápida en ella escrita único presidente elegido democráticamente tres veces, gobernante del país en sus 200 años de independencia y quien libró al Perú de la pobreza. En su delirio cree que aquellos a quienes considera ciudadanos de segunda categoría son incapaces de ver el desarrollo y que finalmente será reconocido por las nuevas generaciones. García I y II siempre han necesitado desinflar el narcisismo.
El gobierno de García se termina pero no se extingue -lamentablemente. El mensaje ofrecido por fiestas patrias es el último de su segundo gobierno pero es a la vez el primero de su campaña para el regreso.
*Para llegar a las fuentes de las geniales caricaturas de Carlin, Marcos, ... hacer click en el dibujo.
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