La derecha
irresponsable, aquella llamada bruta y achorada, ha puesto en pie de lucha un
falso dilema: La disputa entre la Ley de Carrera Pública Magisterial (CPM) y la
nueva Ley del Desarrollo Docente (LDD), llamada ahora Ley de Reforma
Magisterial (LRM). Contrapunteo inútil dado que ambas leyes tienen muchos temas en común y se basan en un mismo principio: la
meritocracia. Discutir sin conocer la LRM y querer interpelar a la Ministra de Educación, sólo muestra que el objetivo del aprismo-fujimorismo -y sus brazos mediáticos Correo y Peru 21- no es la carrera magisterial sino la caída de la Ministra.
Sin embargo, decir que no era necesario una nueva ley sino
modificatorias, tampoco es del todo cierto. Si bien la CPM y la LRM
comparten el "95% de temas", la LRM desarrolla ese 95% superlativamente, e incluye
mecanismos que superan sustancialmente la CPM. Una evaluación docente basada no sólo en el conocimiento sino el desempeño docente; el incremento de los
niveles de escalas remunerativas de 5 a 8 lo cual amplía el espectro de alicientes salariales; la inclusión de funcionarios como a los directores o especialistas de UGEL; y el establecimiento de incentivos para
docentes de zona rural, fronteriza o en conflicto son algunas de las bondades de la nueva ley .
La contundencia de la
calidad técnica de la LRM es tal que existe un consenso entre todos los
expertos de la educación en señalar que la única deficiencia encontrada no es la ley misma,
sino la forma cómo ha sido guardada en reserva lo que ha permitido que una izquierda troglodita y pro-sendero canalice la angustia de un magisterio, que no ve incrementos salariales hace más de cinco años en medio de un boom económico, generando una huelga que crece de sur a norte; y que aquella
derecha irresponsable y carroñera aproveche para intentar poner en jaque al
gobierno. De hecho, ante la aprobación del ante proyecto de ley y al carecer de argumentos sólidos, los periódicos DBA resucitaron en sus titulares el caso Ciro, que sigue siendo
manoseado en una falta de total respeto a la memoria del difunto.
La contundencia de la
propuesta de la LRM es tal que - en el escenario político- la verdadera lucha no es entre CPM y LRM, sino
entre la propuesta del gobierno y la propuesta del sindicato docente. El SUTEP –
Patria Roja se encuentra agazapado y analiza ver como entrar en escena deslindando
del CONARE – Movadef. Ambos comparten la idea de una ley magisterial sindical;
esto quiere decir, estabilidad laboral por encima de la meritocracia. Ambos movimientos
buscarán las rendijas débiles de la LRM para canalizar la atención del magisterio.
Uno de los posibles contraargumentos
será la posibilidad del despedido docente. Además, las dirigencias aprovecharán al máximo el
mutismo que se tiene desde el gobierno sobre el monto del salario del nivel 1
del sistema, dato que permitiría a los docentes hacer un análisis costo-beneficio para aceptar la nueva ley.
La lucha por convencer
al magisterio será fuerte en provincias y requiere de una campaña comunicacional agresiva por parte del gobierno. En esta lucha, la desinformación y la confusión serán
herramientas muy utilizadas por quienes quieren traer abajo a la Ministra o
por quienes privilegian más que los aprendizajes, la estabilidad laboral aunque esta sea mediocre.
PD: El Presidente aprista que calificó de "comechados" a los docentes, promete al país que para julio del 2011, 95 000 docentes se encontrarán en la CPM. En la práctica, apenas 25 000 lo hicieron.
PD: El Presidente aprista que calificó de "comechados" a los docentes, promete al país que para julio del 2011, 95 000 docentes se encontrarán en la CPM. En la práctica, apenas 25 000 lo hicieron.
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